sábado

blackberry es un abogado que suele ir a tomar café a la misma hora que yo casi siempre en la mesa de la par. se sienta con un sequito de aduladores y le suena el teléfono insistentemente. atiende, se pasea de un lado al otro de la vereda, fuma, desprecia con la mirada. cuando vuelve a la mesa se sienta y hace volar el blackberry por el aire. todo está premeditado, el telefono cae en un cantero gigante, lo deja entre las plantas y se prende otro cigarrillo. los aduladores lo miran fascinados. se para, el telefono enciende unas luces que se ven a través de las plantas, lo atiende, blakcberry y el telefono, ambos dentro del cantero. grita. hace señas. vuelve y lo arroja sobre la mesa, tira una taza de café. uno de los amigos ataja la taza entre el borde de la mesa y el vacío.
creo que has llegado demasiado lejos monsieur blackberry. tu débil ejercicio de la abogacía no amerita que arrojes tu teléfono comprado en cuotas por el aire.

martes

un bajón

tom, el primer seguidor que regala myspace a sus usuarios, siempre está disponible.
hay ciertas personas que nunca van a estar disponibles.
a pesar de la profundidad de las intimidades.
aunque conozcas el dorso de su colchón.
y la forma en que se ríe cuando algo le hace gracia de verdad.
una incompletitud.

miércoles

#cobarde

-mi amor, ¿no ves que el cargo está aquí?- me dice el cara de pingo del empleado de la 3° de contencioso administrativo. como si fuera una pelotuda.
mientras bajaba las escaleras pensé en que debería haberle contestado: -no me diga mi amor, yo a ud no le digo mi vida-. pero qué tan correcta hubiera sido. mejor no. ya en la planta baja de documentos y locaciones, la última frase que pude construir en mi ya clásico cerebro reacción tardía fue: -ay tenés razón bebé, disculpáme, no lo había visto-.