miércoles

http://vostokproject.wordpress.com/2011/10/04/el-mapa-no-es-el-territorio-massimo-vignelli-y-el-arte-de-no-perderse/

Llevaba una guía con el entrelazado de las lineas subterraneas de nueva york
era 31 de diciembre de 2010 y además de ser turista
el frío era un esqueleto mecánico que se ovillaba en mi cabeza hasta comprimirla
como una araña feroz de patas venenosas
salí del Met hacia broadway y subí a la linea amarilla que me dejó en queens
por debajo del agua
al calor de los abrigos de los usuarios del subte
mucho mas calientes que el mío
navegando en seco saliendo de manhattan sin querer
sobre el tercer subsuelo de una estación
un policía encerrado en una capsula de vidrio informaba por alta voz
que debíamos cuidar nuestras pertenencias
y que las lineas sufrirían una interrupción
el mapa no me hablaba ni la poca gente que quedaba sobre las vías
iba a anochecer y un año nuevo incierto amenazaba corriendo los minutos hacia adelante
hacia afuera
hacia una zona desconocida
pensé en las redes que construye el sol sobre el reflejo de mi pileta en tucumán
luces que se desplazan a medida que un cuerpo nada y las ahuyenta
en Sudamérica hacía calor
los insectos enardecidos golpearían los vidrios de las ventanas refrigeradas en los dormitorios a la siesta
y yo sobre un invierno desconocido
macerando el cuerpo
invirtiendo el metabolismo al que está acostumbrado
sosteniendo un mapa en un desierto oscuro e impasible

lunes

A través del ventiluz que comunica al baño con la terraza
los restos del fulgor de la luna llena golpean en la cortina de baño
un impacto fluorescente alumbrando los azulejos blancos me da sed
cruzo el patio
entro a la cocina
sobre la vajilla limpia y ordenada
una cucaracha aparece y desaparece
El vapor de los resumideros las obliga a buscar el fresco de la porcelana
Lleno un vaso de agua helada y mientras hago tragos moderados
imagino a la cucaracha flotando en mi agua
caminando por las cucharas del café que voy a tomar al día siguiente
Mañana no la voy a encontrar
pero las partículas que arrastran sus patas quedarán depositadas
sobre el filo del cuchillo que usaré para trozar la carne dorada al mediodía
Podría enfermarme y el medico explicaría, una vez más, la teoría del corte de la cadena de frío que padecen los productos congelados
Me acerco a la pileta de lavar los platos y al escurridor de la vajilla
La cucaracha hace ruido con el cuerpo mientras escala una de las paredes de una copa
Quizá el fin de semana brindemos con vino por el año nuevo
felices o intentando que las cosas mejoren
algo que cambie alguien que aparezca
alguna cuenta que se anule
una preocupación que explote y elimine una isla estacionada sobre un territorio incomodo
Podría abrir la alacena de los productos desinfectantes y matarla dirigiendo el rociador al lomo
pero se me escapa entre las tazas de café con leche y unos platos de madera para asado
Todo está limpio
el piso, la mesada de mármol, las griferías blancas, la superficie del horno y sus hornallas de acero brillante
La cucaracha está hambrienta busca los restos de grasa que se deslizan por los espacios libres donde se encastra el horno
Qué buscará
Por dónde escapará cuando la caza al fin se haga realidad
Luego descenderá por el desagüe hacia el encuentro del vapor y la oscuridad
para alimentar la cría bajo mis pies
bajo la cama donde no puedo dormir tranquila porque las plumas de la almohada rompen la tela y me pinchan las mejillas y la nuca
Quién puede vivir así
Extraño un barco que se parece a un edificio caído que navega en horizontal
llevándome por unas aguas oscuras y espejadas
donde pueda virar cuando el viento amenace traicionarme
Me apoyo sobre la ventana que separa la cocina del patio
mi perro duerme y parece conectado con una selva enmarañada que no le permite escapar
suena su respiración entrecortada
podría estar luchando en una pesadilla mientras cae en un ascensor que se desintegra
o podría estar muriendo y yo no tengo con qué rescatarlo
La presión atmosférica nos adormece
Todos están en silencio en mi casa y en la manzana
hasta que una moto surca la avenida y acompaño al ruido del escape que se desliza por un puente donde antes pasaba un tren que desapareció
la cucaracha camina la circunvalación de un plato playo
rastrea con sus antenas algún resto olvidado de alimento donde el detergente no fue eficaz
ya no tengo sed
ni hambre
y el filo de las plumas de la almohada me lastima
Deseo ser una máquina de hierro destructora
que arando el asfalto libere a los insectos subterráneos
para equilibrar el malestar de la superficie


viernes

se va
esta yéndose sobre una cinta mecánica que la aleja de mí
la veo irse
no puedo detener su movimiento
me toco la cabeza
me acomodo el pelo
nada que yo haga la va a parar
ya se había ido antes