miércoles

Me gustaría que me busque toda la policia. Que haga un rastrillaje detallado. Tener a todo un aparato mas o menos de considerable tamaño, pendiente de mí. En connivencia con la prensa. Saber que en cada televisor habrá un periodista mirando a camara y explicando las cuestiones de mi fuga. Que la gente en sus casas piense en la idea de un delincuente suelto que puede entrarles a la casa. Yo abro mi cerveza. Abro mi bolsa. Prendo mi cigarrillo. Miro por las ventanas de las casillas en altura a la traffic pasar poran la autopista. Me buscan por las zanjas del costado de las rutas. La mañana está despejada y dos chicos toman cerveza mirando a la autopista del Oeste. Yo voy pasando de casa en casa y comiendo lo poco que me ofrecen. Si tuviera largavistas los usaría para mirarlos cómo hacen que me buscan. Pero me pone triste el hecho de saber la verdad. Porque yo sé la verdad y ellos tambien pero hacen como que no. Construyen todo lo posible que puedan construir para hacerme creer que me buscan. Y eso es un bajon horrible. Me ponen mal. Me gustaría que me encuentrenn ahora. Estacionen una camioneta gigante y prendan las luces altas directo a mi cara. Que me apunten, al menos dos o tres oficiales, y yo no poder mirarlos porque me da la luz en la cara. Que me avisen por altavoz que están por delante y que estánpor detrás tambien. Todos apuntandome. Y que se lancen a llorar todos los bebés dentro de sus casillas. Y que los perros se arrollen unos con otros y peleen en el espacio que hay entre el movil policial y yo. Que se escuchen cómo se cargan las armas de todos los socios que tengo en cada una de las casillas. Ellos cargan y sus mujeres esconden a los bebés. Todos disparamos. Disparos cruzados de la tierra a las ventanas del segundo piso. Al techo de la camioneta le llueven los puntazos de plomo que hacen chispas cuando rebotan en la chapa.


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