viernes

Un titular del diario con el que están haciendo torniquetes para mezclar con el carbón dice: "EXTRAÑOS REMOLINOS ATERRAN A UN PUEBLO DE SANTIAGO DEL ESTERO". La nota es corta y la leo antes que se vuelva torniquete:

"El remolino da la sensación como si la tierra estuviera siendo atraída por una fuerza extraña", indicó uno de los viejos pobladores del lugar y aseguró: "Nunca antes vivimos una situación parecida, menos tan prolongada como este viento que no tiene explicación".
Diversos meteorológos consultados sostuvieron que el fenómeno "puede ser provocado por las altas temperaturas y sequías, formando lo que los lugareños llaman remolinos de demonio". (Télam)

Me gusta verlos producir y generar cosas. Admiro la fuerza de voluntad, porque no sé, yo no la tengo. Mas bien, creo que en algún lugar algo hay, pero no puedo dirigirme hacia esas fuerzas. Por ahí, en otro momento, hubiera tenido rabia y hubiera deseado que les vaya mal, pero ahora, qué se yo, que hagan cosas es mejor, así me entretienen. 
Les deseo mucho éxito. Un arrasador éxito que los embista y no los deje parar. Les deseo mucho progreso y que sus proyectos lleguen a un fin aun mas productivo que al anterior. Que alguien les pague por lo que hacen y que puedan vivir de eso. Que brinden, que se abracen, que charlen sobre sus logros, que se sientan superiores. Que torniqueteen todo lo suficiente como para no parar nunca mas una rueda loca que se deslice y cruce las fronteras. Eso sí, espero que si la rueda pisa las tierras del pueblo de santiago del estero, el remolino del demonio se porte bien y se haga a un lado. Espero que crezcan. Que superen sus producciones y que ganen muchísima plata. Que se compren ropa cara y se muden de la casa de sus padres. Que den notas en los diarios locales y que las levanten en diarios nacionales. Que  productores de la capital les manden mails, interesados en sus obras, y les propongan salir de acá. 
Va a ser una forma de vida distendida, ocuparán lugares de trabajo que los haga sentir bien, tan bien, que ni van a sentir que están trabajando. Después, dios nos escuche, salgan en la tele y el evento de la tele se convierta en otra nota de un diario. Y que las familias guarden el diario del día en que los chicos aparecieron. Y después, unos años mas tarde, venga alguien y los use para hacer un asado. Un asado que no es solo un asado. Un asado que está rodeado de un evento que trasciende al asado. 

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