domingo

el tiempo es un espanto

el hombre habría andado por los 80 años; en pleno día de notificaciones dejándose empujar por los colegas, amontonado sobre un mostradorcito de la 5° de civ. y com. común, llevaba puesto un sombrero negro, una campera cuasi polar -afuera, si te acercaras a las mamparas de los pasillos y miraras para arriba, el cielo se hubiera visto semi despejado destellando humedad-.todo su vestuario: pantalones verdes de gabardina, el saco con pelotitas y el sobrero casi derruído, eran añejos como el gusto a madera de cierto whisky con nombre de telo -isle of jura superstition-. una mujer desocupó un lugar a la par del hombre y yo era la siguiente destinataria -oh! goce y placer, poder apoyar los codos - por lo que lo miré de cerca, olía del modo en que la mayoría de los viejos huelen: una extraña fusión natural de ropa lavada y archivada en un ropero donde se distribuyen como minas, pelotas de naftalina sumadas a un aroma que suelta la piel, un perfume a sal, a pelo, a sol, a lluvia y a tela, que mezclados y multiplicados por la edad, gradualmente se tipifica como Olor a Viejo -también existen hombres jóvenes que portan tal fragancia, que inundan sus sábanas y sus remeras; en los hombres jóvenes estoy segura que la causa es todo lo descripto arriba más la reiterada fricción de sus manos en el pene-. sobre los globos de los ojos, el color de las pupilas era difuso, seguramente unos años atrás debiera haber tenido ojos marrones, pero a la persona anciana los colores se le destiñen, naturalmente, y ciertos órganos como en este caso los ojos, se recubren por una capa fina y transparente, una tela que para mí, obviamente desde la inocencia, son verdaderas cataratas que avisan que el cuerpo está llegando a su final. sobre lo ojos tenía unos lentes de vidrio grueso y además leía el expediente con una lupa. tranquilo el hombre, párrafo por párrafo de una escritura pública de 1960, amarilla, de bordes cortajeados por el ajetreo y la manipulación en repisas, mostradores, empleados, días de oficina, días de despacho, firmas. línea a línea la lupa multiplicaba en 20 el tamaño de la letra. los demás impacientes, él tranquilo. el tiempo es algo que fluye, lo sabrás, corre y también flota y se esparce.si vieras las repisas de esos lugares te morirías de la risa o del espanto. miles de papeles cocidos unos a otros, caratulados,apilados en estantes, sobre escritorios en el piso,dentro de cajas con letras, con años; papeles sueltos, pegados, papeles rotos, lleno de huellas de zapato, papeles por todos lados, cayendo, emergiendo desde los cuerpos que no son más que carpetas con una cartulina de color con nombres cocidas con hilos, papeles escritos a maquina, escritos a mano, por computadora, papeles de mala resistencia siendo ajados por el piolín agresivo, ceñido. sabrás cómo es que el tiempo es vacío. todas esas historias escritas ahí adentro. la chica del implante de cadera golpeada por el padre,el chico de 15 años sin un dedo por culpa de una máquina corta madera en la hora de carpintería del colegio,la chica parecida a ingrid grudke separada por 3° vez a los 35 años, la familia de dealers que van muriendo uno a uno como en un western, la chica de mi edad que no puede mirar a su ex marido a los ojos en la audiencia, el hombrecito que quiere robarle una parcela de terreno al estado.todos esos papeles ahi arrumbados y este hombrecito con la lupa en medio del estrago.imagino que a las doce y media la mujer lo espera con la comida, sin el sombrero sin el semi polar, le va a decir que no hay problema con la escritura, que la sucesión va a continuar su itinerario normal. bajé a la planta baja por una de las escaleras cuasi caracol donde hay una ventana por donde se ve la arboleda de la lamadrid; esa ventana es un error de la arquitectura, más bien un error del hombre. en verdad era un balcón, por lo que abriéndola y trepando la ventana se puede estar parado ahi arriba mirando la hilera de arboles inmensos sobre la vereda, nadie lo haría de todos modos; yo uso el reflejo del vidrio de la ventana para chequear mi pelo rebelde.

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